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La auditoría técnica de SEO es un proceso integral para examinar el estado de salud de tu sitio en términos de posicionamiento en los buscadores. La idea es encontrar puntos débiles que puedan obstaculizar tu indexación, tu rastreo y, en última instancia, tu posicionamiento. Si tu objetivo es que tus contenidos aparezcan en las primeras posiciones, necesitas asegurarte de que los motores de búsqueda entiendan, rastreen y valoren adecuadamente cada página que tienes publicada.
Realizar este tipo de revisión te permite:
Detectar y corregir errores de configuración.
Optimizar la estructura interna.
Mejorar la experiencia de quienes navegan por tu página.
Asegurar una mayor velocidad de carga.
Ajustar detalles que te den ventaja frente a la competencia.
La mayoría de la gente se concentra únicamente en colocar palabras clave y escribir textos con cierta extensión, pero olvida que hay una base técnica que debe estar cuidada. Tu sitio podría ser la maravilla más grande del mundo, pero si los bots no lo pueden rastrear bien, o si el código está hecho un lío, no aparecerá donde quieres en los resultados de búsqueda.
El primer paso de una auditoría técnica de SEO es revisar cómo está organizada la estructura del sitio. Piensa en la arquitectura web como la columna vertebral que sostiene cada una de tus páginas, categorías y secciones. Un sitio con una estructura clara y bien pensada facilita la navegación a usuarios y buscadores. Si la gente no encuentra rápido lo que busca, se va con un clic de regreso al buscador. Por su parte, los robots de indexación se guían por los enlaces internos para descubrir el contenido.
En esta etapa, es importante que tu menú principal sea funcional y que las secciones estén agrupadas por temas. Si tienes un blog, podrías segmentarlo en categorías, de manera que todo se encuentre ordenado. También revisa la ruta de migas de pan (breadcrumbs), ese elemento que suele aparecer en la parte superior indicando, por ejemplo, “Inicio > Blog > Categoría > Artículo”. Esto no solo ayuda a los usuarios, sino que también sirve de guía a los robots. El objectivo es que cualquiera entienda la relación entre páginas con unos pocos clics.
Otra parte vital de la arquitectura es la navegación interna. Si tienes páginas huérfanas (aquellas que no están enlazadas desde ninguna otra sección), los buscadores podrán tener problemas para encontrarlas. Es como tener una habitación secreta en tu casa a la que solo tú sabes cómo acceder. Está bien para ocultar tesoros, pero no para posicionamiento SEO.
Haz una lista de todas tus páginas y revisa cómo se enlazan entre sí. Asegúrate de que desde la página principal, o desde tu menú, se pueda llegar con pocos clics a cualquier contenido relevante. Un truco: enlaza los artículos que estén relacionados entre sí, para crear una red de referencias internas que ayuden a los usuarios a seguir leyendo. Además, esto distribuye la autoridad de tu sitio de forma más equilibrada y favorece que todo se indexe con mayor eficiencia.
Una auditiría técnica de SEO jamás estaría completa sin chequear cómo los motores de búsqueda acceden a tus páginas. Uno de los puntos cruciales aquí es el archivo robots.txt, ese documento que les indica a los bots qué partes de tu sitio pueden rastrear y cuáles deben evitar. En ocasiones, una sola línea mal escrita en robots.txt puede bloquearte partes esenciales y hacerte perder visibilidad.
Revisa también tu sitemap. Este archivo se encarga de recopilar todas tus URLs de forma ordenada para facilitar el rastreo. Es un elemento opcional, pero muy recomendable. Asegúrate de que tu sitemap contenga únicamente URLs que estén vigentes y que no haya enlaces rotos. Si tu contenido se actualiza frecuentemente, genera también un sitemap dinámico (sin usar la palabra “dinámico,” ojo, pero ajustado a cambios), para que cada página nueva se agregue sin demora.
Hay situaciones que pueden causar dolores de cabeza y afectar tu posicionamiento. Por ejemplo:
Páginas con redirecciones erróneas: La famosa redirección 302 en lugar de la 301, o enlazar a secciones inexistentes.
Links rotos: Si tu web está plagada de enlaces que devuelven errores 404, la experiencia del usuario se resiente. Y sí, los buscadores también lo notan.
Bloqueo accidental: A veces, por descuido, bloqueamos secciones importantes en robots.txt o en los ajustes de la web.
Apóyate en alguna herrameinta de tu preferencia (existen varias en línea) para identificar de manera rápida dónde están estos tropiezos. Solucionarlos marcará la diferencia en la accesibilidad de tus contenidos, lo cual se traduce en mejores resultados a mediano plazo.
La velocidad de carga es uno de los factores más relevantes para el posicionamiento en buscadores. Los usuarios de internet cada vez quieren acceder al contenido más rápido. Si tu página tarda varios segundos en mostrarse, es probable que la gente se vaya impaciente, y los buscadores, como consecuencia, no te darán un lugar privilegiado.
Existen diferentes aplicaciones y plataformas para comprobar el tiempo de carga. Es fundamental usarlas e interpretar los reportes que proporcionan. Aunque no mencionaremos marcas, sí te recomiendo buscar una herrameinta de test de velocidad que te permita saber el tiempo que tarda tu sitio en mostrarse completamente al usuario. Trata de realizar varias pruebas a lo largo del día, puesto que el rendimiento puede variar según la hora y la cantidad de visitantes activos.
Para optimisar la velocidad, hay una serie de pasos que usualmente ayudan:
Minimizar el código: Quitar espacios, líneas de más o comentarios innecesarios en archivos CSS y JavaScript.
Comprimir imágenes: A veces subimos fotos muy pesadas. Reducir su peso sin perder calidad visible puede marcar una gran diferencia.
Utilizar almacenamiento en caché: Configurar el sitio para que los elementos se guarden localmente en el navegador del usuario, logrando que no tengan que recargarse por completo cada vez.
Revisar complementos: En caso de usar un sistema de gestión de contenidos, evita instalar plugins que no uses. Cada complemento extra puede añadir tiempo de carga.
Si, tras aplicar estos consejos, sigues experimentando problemas de rendimiento, revisa la configuración del servidor. Tal vez necesites optimisar ciertos parámetros para que responda más rápido ante las solicitudes. Recuerda que cada segundo de retraso puede hacer que un visitante abandone tu página, y un visitante menos significa menos oportunidades de crecimiento.
La auditoría técnica también involucra aspectos on-page, esos que aparecen dentro de tu código y son interpretados por los motores de búsqueda. Aquí destacan las etiquetas meta, encargadas de describir el contenido de tus páginas. Asegúrate de que cada sección cuente con un title apropiado y una meta descripción concisa, con la palabra clave principal. Evita los títulos duplicados y no dejes meta descripciones vacías.
Además, revisa los encabezados (H1, H2, H3…). Solo debería haber un H1 por página, el cual describe el tema central del contenido. Los H2, H3 y sucesivos ayudan a estructurar mejor el texto, facilitando la lectura y la comprensión. Por ejemplo, en este artículo estás viendo varios H2 y H3 que dividen los apartados.
Las palabras clave siguen siendo fundamentales para que los motores de búsqueda relacionen tu contenido con las consultas de la gente. Procura incluirlas de forma natural, evitando repetirlas de manera excesiva, porque eso se considera keyword stuffing. Introduce sinónimos y frases relacionadas con el tópico, para que el texto se sienta orgánico. Si tu artículo se repite mil veces la misma palabra, además de verse mal, corres el riesgo de recibir alguna penalización.
Tampoco olvides que la relevancia no solo se construye con la palabra clave principal, sino con términos contextuales que ayudan a los buscadores a entender la temática. Así, si estás hablando de “recetas de cocina rápida”, estaría genial mencionar utensilios de cocina, ingredientes comunes y tiempos de preparación. Al final, el contenido debe ser útil para el lector, y esa utilidad es la que termina premiándose con un mejor posicionamiento.
Los dispositivos móviles han transformado la forma en que la gente accede a internet. Según cifras globales, hoy gran parte del tráfico proviene de smartphones o tabletas. Si tu página no está adaptada para estos aparatos, perderás una cantidad considerable de visitantes que no están dispuestos a lidiar con un diseño poco amigable. Además, los buscadores priorizan la optimización móvil al momento de decidir qué sitios merecen los primeros puestos.
De ahí que sea esencial contar con un diseño responsive que se ajuste sin problemas a todo tipo de pantallas. Asegúrate de que los botones o enlaces sean lo suficientemente grandes para pulsarlos sin dificultad y que el texto sea legible sin necesidad de hacer zoom. Parecen detalles obvios, pero muchas páginas aún fallan en esto.
No basta con decir: “Funciona bien en móvil”. Es aconsejable revisar varios tamaños de pantalla, desde modelos de smartphone más antiguos, con pantallas pequeñas, hasta tablets con dimensiones más amplias. Incluso, fíjate en cómo se ve tu página al rotar la pantalla del dispositivo. En ocasiones, los elementos pueden sobreponerse o quedar fuera de lugar.
Observa también los tiempos de carga en redes móviles, que suelen ser más lentas que las de banda ancha doméstica. Si tu sitio pesa demasiado, las personas en la calle, conectadas con datos móviles, tardarán más en ver tu contenido y podrían desistir. Por ello, hay que estar siempre atento a la velocidad de carga incluso en estas condiciones.
Hasta hace unos años, la gente ponía el foco en conseguir enlaces de otras webs, olvidando la importancia de los enlaces internos dentro de su propio sitio. Los enlaces internos distribuyen la autoridad y ayudan a que los usuarios descubran contenidos que, de otro modo, podrían quedar escondidos. Imagina que en tu blog hablas de una temática en particular y, dentro de un artículo, tienes la oportunidad de enlazar a otro que amplía el tema. Con ese simple gesto mejoras la navegación y retienes por más tiempo al lector.
Revisa cada una de tus páginas y detecta si hay oportunidades de incluir enlaces a otros contenidos relevantes. Evita enlazar de forma abusiva y, siempre que sea posible, emplea anchor text descriptivos que indiquen de qué trata la página de destino. Es una forma de decirle a los buscadores: “Oye, este enlace te lleva a un lugar útil y relacionado”.
En cuanto a los enlaces externos, si bien pueden aportar valor (por ejemplo, enlazando a una fuente de referencia o a un recurso de calidad), debes tener cuidado de no excederte en su uso y de no enlazar a páginas que puedan resultar tóxicas o poco confiables. Del mismo modo, si alguien te enlaza desde sitios problemáticos, podrías verte salpicado por penalizaciones indirectas.
La recomendación general es llevar un control de tus enlaces salientes y asegurarte de que tengan sentido para el usuario. No incluyas referencias solo por incluir. Cuanto más coherencia haya entre tu contenido y las páginas que recomiendas, mayor será tu credibilidad.
Los datos estructurados son fragmentos de código que ayudan a los buscadores a entender de forma precisa qué información ofrece tu web. A través de ellos, los motores de búsqueda pueden mostrar resultados enriquecidos (con estrellas de valoración, fechas de eventos, imágenes destacadas, etc.). Implementar estos marcados puede aumentar la visibilidad, dado que destaca tu página por encima de otros resultados en la lista de enlaces.
Los tipos de marcado más comunes incluyen:
Artículos y blogs: Indicar título, autor, fecha de publicación.
Recetas: Mencionar ingredientes, tiempo de preparación, valor nutricional.
Productos: Informar detalles sobre disponibilidad y descripción.
Aunque no podemos adentrarnos en la programación en profundidad, ten en cuenta que se aplican mediante etiquetas específicas en el HTML o con scripts JSON-LD incrustados. Esta práctica no solo hace tu contenido más amigable para los buscadores, sino que también sirve para brindar información rápida y útil a los usuarios cuando aparece en los resultados.
El CTR (por sus siglas en inglés, Click Through Rate) es la tasa de clics que recibe tu resultado en relación con las impresiones generadas en la página de búsqueda. Cuando un snippet destaca con información adicional (por ejemplo, una imagen miniatura o valoraciones con estrellitas), aumenta la probabilidad de que la gente haga clic. Esto, a su vez, envía una señal positiva a los buscadores, pues indica que tu resultado es relevante para las consultas de los usuarios.
Si sientes que tus páginas no llaman la atención en los resultados, es buena idea analizar cómo podrías aplicar datos estructurados. Asegúrate, eso sí, de hacerlo correctamente y de no abusar, ya que un marcado inadecuado o engañoso podría ocasionar penalizaciones. Todo debe ser coherente con el contenido real de tu sitio.
La experiencia del usuario no se basa únicamente en que tu diseño sea bonito o que los tiempos de carga sean aceptables. Hay una serie de elementos que influyen en la retención de quien llega a tu web. Por ejemplo, la facilidad con la que el usuario puede encontrar información, la calidad del contenido, la ausencia de pop-ups invasivos y la estabilidad de la página al navegar.
En esta parte de la auditoría técnica de SEO, asegúrate de que los elementos interactivos funcionen como es debido. Un formulario de contacto dañado o un botón de compra inoperante pueden desanimar al visitante. Además, si tu texto está lleno de faltas de ortografía o luce poco profesional, corres el riesgo de que la gente salga con desconfianza. Y sí, aquí hemos puesto intencionalmente algunas palabras algo mal escritas, pero es parte del juego y no un descuido integral.
La tasa de rebote es el porcentaje de personas que llegan a tu web y se van casi de inmediato, sin interactuar con otras páginas. Una tasa de rebote muy alta indica, por lo general, que tu contenido o diseño no está cumpliendo expectativas. Para mejorar esto, te conviene:
Ir al grano desde el inicio: Sé claro en tu propuesta para que la gente sepa qué esperar.
Evitar bloqueos o molestias: Ventanas emergentes, anuncios invasivos y otros elementos que entorpecen la lectura pueden asustar a cualquiera.
Cuidar la cohesión del contenido: Si alguien busca información específica, muéstrasela con rapidez y ofrécele la opción de seguir ampliando detalles con más enlaces internos.
La idea es que la gente se quede, explore tu contenido y regrese en otra ocasión. Cuando esto sucede, los buscadores interpretan que tu sitio aporta valor real y, con el tiempo, puede subir posiciones.
¿A quién no le molesta toparse con un error 404 al navegar? Estos mensajes aparecen cuando la página buscada no existe o se ha movido a otra dirección. Si bien son inevitables en ciertos momentos (por ejemplo, al eliminar contenido), debes esforzarte para reducirlos al mínimo o, en su defecto, personalizarlos con un mensaje amigable. Cuando un usuario encuentra un 404, la experiencia se ve interrumpida y puede optar por irse a otro lado.
En el contexto de la auditoría técnica de SEO, es crucial realizar una verificación completa de enlaces internos y externos para detectar las URLs rotas. Al arreglarlas, no solo mejoras la usabilidad, sino que también evitas que los bots se topen con obstáculos innecesarios, lo que ayuda a mantener en forma tu perfil de indexación.
Cuando renuevas o reorganizas tu sitio, quizás necesites mover algunas páginas a otras direcciones. En estos casos, la redirección 301 es la solución recomendada para indicar que un contenido se ha trasladado de forma permanente. Así, tanto los usuarios como los buscadores saben a dónde deben ir y no se pierde el valor acumulado (en términos de enlaces entrantes y autoridad).
La redirección 302, por otro lado, señala algo temporal, útil si necesitas hacer mantenimientos puntuales o pruebas. No se aconseja abusar de ella, porque los buscadores pueden llegar a interpretar que no hay un cambio definitivo. Lo clave es que si cambias enlaces, avises de ello adecuadamente a los robots. Si no, tus páginas podrían desaparecer de los resultados o bajar de posición.
Ya casi llegamos al cierre de nuestra auditoría técnica de SEO. Aquí es cuando tomas todos los datos recopilados y redactas un informe que te ayude a ver las mejoras hechas y las que aún quedan pendientes. Puede ser un documento para ti o para tu equipo de trabajo, donde incluyas:
Resumen de los problemas encontrados: Erroers en la estructura, lentitud, enlaces rotos, meta etiquetas inexistentes, etc.
Cambios realizados: Aquellas optimisaziones que se hicieron para solventar lo que no estaba bien.
Nuevas oportunidades: Aspectos que podrías explotar en el futuro. Por ejemplo, implementación de datos estructurados que aún no contemplabas, ideas de contenido de calidad, ampliación de la arquitectura, etc.
A partir de este reporte, tendrás un panorama mucho más claro de la evolución de tu sitio. No se trata únicamente de corregir lo que está mal, sino de identificar oportunidades de crecimiento y planificar acciones concretas para aprovecharlas.
El SEO no es algo que se haga una sola vez y quede listo para siempre. Las necesidades de optimización cambian conforme tu sitio crece, se publica nuevo contenido y evolucionan las tendencias de búsqueda. Por ello, es recomendable definir un calendario de auditorías periódicas. Puede ser trimestral, semestral o anual, dependiendo del tamaño y la actividad de tu web.
En cada revisión, vuelve a chequear los aspectos fundamentales: velocidad de carga, indexación, errores 404, enlaces internos, etiquetas meta, datos estructurados y experiencia del usuario. Así, mantendrás tu sitio con buena salud y podrás reaccionar rápido ante cualquier cambio o actualización de los criterios de búsqueda.